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quarta-feira, 3 de junho de 2020

La Llamada de los Caracoles * Félix Roque Rivero - VE


La Llamada de los Caracoles
(Imagem: OperaMundi)
Por: Félix Roque Roque - VE

Cuenta el escritor Alejo Carpentier, en su libro "El reino de este mundo", que el levantamiento de los negros mandingas inicio con una clarinetada de una trompa de caracol. Por toda la costa, aquel sonido se fue extendiendo, juntando toda la porcelana caracolera cantando a coro afinado, señalando la hora del ataque en las haciendas de cacao de los blancos franceses, explotadores. En tropel, los mandingas avanzaron al interior de las haciendas, llevando en sus manos cualquier utensilio que le sirviera de arma para enfrentarse a los blancos. Refiere que el primero en caer bajo la furia negra, fue un contador que envalentonado y con pistola en mano, salió a enfrentar a la negrantada que en la noche negra salía a defender la pureza de su color púrpura. Le abrieron la garganta de arriba a abajo con una cuchara de albañil.

Ante la llegada de los invasores que intentaron entrar a Venezuela por las costas de Macuto y de Chuao, viendo las imágenes donde aparecen aguerridos y firmes nuestros pescadores y cosechadores de cacao, pensé en el relato de Don Alejo, en la riqueza de lo real maravilloso ocurrido en la isla de Santo Domingo, donde la fuerza sudada de los negros fluía libremente, conducida por sus dioses negros y por el sonar de sus guaruras de porcelana extraídas de la mar.

La actuación de nuestros fornidos y bravos pescadores y cacaoteros al defender el territorio donde viven, resume esa historia poco contada de nuestra América amerindia y que no es más que una larga crónica de lo real maravilloso, que aveces pasa silbando, solo audible para los que saben escuchar.

En Macuto y en Chuao pudimos ver a los hombres de rostros maduros y curtidos, de manos con las marcas de los guarales y de los machetes, con los talones de los pies cuarteados y con la piel de turrones tostados de tanto andar. Los vimos lucir su porcelana blanca en cada sonrisa ante la hazaña de mantener maniatados contra la tierra caliente a los invasores. Sus relatos dan cuenta de cómo se juntaron solidariamente para la tarea, de cómo se transmitían las informaciones, cómo seguían los pasos de cada uno de los facinerosos que armados hasta los dientes, se rendían y caían derretidos como potes de gelatina anta la voz temible que sonaba a Patria!

La llamada de los caracoles, fue ese sonido mágico y maravilloso que el dios de la mar les había inculcado en sus sueños para despertarlos en esa madrugada del tres de mayo de 2020 para remontar la cresta de la ola de la historia. En los habitantes de Macuto y Chuao quedará impregnada la espuma blanca del cacao y del agua salada, relamiendose en la sonrisa de cada niño el sabor de la victoria. Ellos nos dieron una lección, a carne viva de lo que es lo real maravilloso que tanto abunda en esta Venezuela de hombres y mujeres libres!

Caracas, 29 de mayo de 2020.
Tiempos de cuarentena.
roque.felix@gmail.com
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