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segunda-feira, 16 de dezembro de 2019

Las sardinas viven en la tierra * Por: Félix Roque Rivero - VE

Las sardinas viven en la tierra
Por: Félix Roque Rivero - VE

Un cardumen de sardinas recorre Europa. No necesitan del agua salada para moverse. Apretujadas, se desplazan sudorosas, alegres. Lucen incansables pese al esfuerzo. Empezaron siendo apenas cuatro sardinas en la ciudad italiana de Bolonia y ahora son miles. En la Piazza Maggiore lograron congregarse alrededor de 15.000 sardinas que con cantos y no de sirenas, marcharon contra el odio, el racismo y el fascismo.

_?¿Quiénes son las sardinas?_

Se trata de un nuevo movimiento de protestas, cuyo símbolo es la sardina, esa misma que por millones se pesca en Puerto Valdez en la Bahía de Pampatar en la isla de Margarita en La Republica Bolivariana de Venezuela.

Todo nació en Bolonia, de manera espontánea y fresca cómo nacen las cosas de la juventud que protesta y lucha por un futuro que les asegure la sobrevivencia en un Planeta que se acaba a pasos agigantados sin que a los lideres mundiales les importe un comino.

_Las sardinas toman Roma._

Luego de la experiencia de Bolonia, el movimiento de las sardinas se trasladó a la Capital italiana y en una congregación gigantesca, apretujados como en una enorme lata, en la plazoleta de Lettran, se reunieron más de 40.000 sardinas.

Protestando contra el cambio climático, el odio, el fascismo, el mal trato a los inmigrantes, el desempleo, las sardinas reunidas en un mar de asfalto y cemento, gritaron al mundo entero su clamor esperanzado por un mundo mejor.

Más que indignados, estas sardinas se juraron comprometidas en hacer lo que la dirigencia política ha sido incapaz de hacer. Los fundadores del movimiento, cuatro jóvenes de Bolonia dicen no ser ni querer ser políticos partidistas. Representan, por ahora hay que decirlo, un fresco ideal en una Europa decadente que se declara carente de ideas novedosas ante los retos y peligros de una sociedad cuya media generacional supera los cincuenta años de vida. Con la experiencia de dos guerras mundiales, los jóvenes europeos (ya las sardinas llegaron a España), se plantean retos ambiciosos de cara al futuro que les toca enfrentar como relevo generacional y donde, la tasa de natalidad ha ido decayendo de manera sostenible con los años, señal muy peligrosa. Las sardinas claman por una economía social que tome en cuenta al ser humano. Que les dote de empleos seguros y de viviendas dignas. Que enfrente la depredación voraz del mercado y de la globalización competitiva que desprecia la vida.

Veremos hasta donde conduce todo esto. En mares cada vez más contaminados, esperemos que estas sardinas tengan el oxígeno suficiente para seguir nadando.

El Rastro, Madrid, 15 de diciembre de 2019.

roque.felix@gmail.com
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